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Chicos militares

Militares gay, ¿cómo se vive la homosexualidad en los cuarteles?

Autor: Antonio Jose Vicente
Fecha de publicación: 14 julio, 2020

En las últimas décadas, la libertad sexual ha crecido bastante en la mayoría de países desarrollados, convirtiéndose de hecho en un símbolo para entender la propia libertad real en dichas regiones. Hoy por hoy, la orientación sexual no debe ser un motivo de discriminación en ningún lugar del mundo. Y sin embargo, todavía hay mucho camino por recorrer, aunque las parejas gays ya puedan casarse, aunque las mujeres y hombres trans tengan la libertad para sentirse y ser lo que ellos quieran… Incluso en los países más avanzados en este sentido, como España, la situación todavía sigue enconada, e incluso en los últimos tiempos estamos viviendo ciertos brotes homófobos nuevamente, desde ciertos sectores de la población que siguen sin ver como algo “natural” una relación entre dos personas del mismo sexo.

Y es que la sociedad sigue avanzando, pero hay ciertos sectores que todavía se mantienen en posturas mucho más tradicionales y anquilosadas en el tiempo. El Ejército, por ejemplo, es una institución muy enraizada en lo familiar, en una visión castrista de la sociedad que, en el caso de España además, todavía tiene ciertos remanentes dela pasada dictadura franquista, que tuvo precisamente en el Ejército a uno de sus pilares. No sería justo generalizar, desde luego, pero es cierto que todavía queda mucho camino por andar en este sector, uno de los más tradicionales de la sociedad, en el cual el hecho de ser gay puede conllevar una verdadera “deshonra” para un militar, tanto que lo oculta, para que ni sus compañeros ni sus superiores lo sepan, por temor a represalias.

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Homosexuales en el ejército: un tema tabú

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Como dirían de las meigas, haberlos hailos, porque algunos valientes ya se han pronunciado sobre el tema y han mostrado su orientación sexual sin temor estando dentro del ejército. Sin embargo, este acto de valentía no solía ir acompañado de aplausos entre los suyos, sino más bien todo lo contrario. Buena parte del ejército todavía se mantiene en una postura de rechazo a la homosexualidad, o directo o suavizado, pero discriminando igualmente a las personas que tienen esta orientación sexual. Es como si un soldado gay no fuera tan bueno a la hora de realizar sus maniobras como uno heterosexual. Son teorías machistas que todavía siguen imperando en muchos sectores de la población, y que tienen en el ejército un caldo de cultivo perfecto. De ahí que el tema sea todavía considerado como un gran tabú.

¿Salir del armario o vivir una doble vida en el cuartel?

Esto lleva a los gais a tener que decidir si hablar sobre su orientación sexual de forma abierta y enfrentarse a dicho tabú, o guardar las formas y no decir nada, dando por sentado para los demás, de forma implícita, su heterosexualidad. Esto no solo ocurre en el ejército, desde luego, sino también en muchos otros sectores de la sociedad, incluyendo el deporte, donde tampoco hay muchos deportistas que hayan reconocido abiertamente su homosexualidad, por miedo a lo que el público, o incluso sus sponsors, puedan pensar. En el ejército la situación es aún más compleja, porque estamos bajo las órdenes de unos mandos que, por lo habitual, llevan bastante tiempo dentro de la institución, vienen de otra época mucho menos abierta que esta, y pueden tener reticencias a valorar positivamente a un soldado gay.

Es triste reconocerlo, pero la situación es así. Salir del armario siendo gay en el ejército nos puede traer más problemas que beneficios. Y al final uno debe enfrentarse a la triste decisión de ser uno mismo, o inventarse un papel para no ser mirado por los demás. Sin embargo, si queremos hacer carrera dentro del Ejército, ¿hasta cuándo vamos a estar fingiendo? ¿Tendremos que llevar una doble vida, con una pareja que jamás aparezca por el cuartel o en las cenas y celebraciones que se hagan? ¿Tendremos que aguantar las preguntas sobre nuestra soltería, nuestras conquistas, ocultando la verdad para siempre? Es un problema que debería solventarse cuanto antes, pero viendo los antecedentes, queda mucho por mejorar.

Discriminación que viven los militares gay

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Como decíamos arriba, ha habido unos cuantos valientes que han salido del armario dentro del ejército español, y han reconocido su homosexualidad de forma abierta como lo que es, algo  totalmente natural. Mientras la mayoría de la sociedad ha aplaudido dicho gesto como un paso más en la normalización de estas situaciones, dentro del Ejército la situación ha sido distinta. En 2008, el soldado Alberto Linero se casa con otro militar en Sevilla, y dos años después es expulsado del ejército, según el mismo reconoce, tras sufrir una serie de abusos y discriminaciones por su condición sexual. Es solo un caso de tantos que se han producido en las últimas dos décadas, cuando han aparecido más militares gay dentro del Ejército.

Ejércitos del mundo que han dicho basta a la discriminación

Y es que la situación en el resto del  mundo es parecida a la que se vive en España. De hecho, siempre se considera a nuestro país como uno de los más avanzados en este tipo de cuestiones, siendo uno de los primeros en permitir el matrimonio homosexual, por ejemplo. Pero como decíamos, el Ejército es una institución aparte, con un arraigo tradicional mucho más fuerte, formado por personas de herencia militar que están acostumbradas a seguir las leyes a rajatabla, a no ceder ante los demás, cuando consideran que hay algo que no está bien. La tradición masculina del ejército es también otro tema que incide en la discriminación a mujeres, gais y lesbianas cuando hablamos del ejército. Pero al menos ya se están tomando medidas.

El ejército turco, por ejemplo, no permite la entrada a homosexuales dentro de sus filas, así como tampoco lo hacen otros ejércitos musulmanes, en una sociedad donde ser gay es todavía casi como un delito. Sin embargo, en Estados Unidos se han desarrollado leyes para proteger a las personas con distinta orientación sexual dentro de las filas del Ejército. En los ejércitos europeos la situación también se ha normalizado mucho más, al menos sobre el papel, y cada vez que ocurre algún tipo de polémica o discriminación en este sentido se lleva a cabo una investigación para llegar al fondo del asunto. Un militar, sea cual sea su orientación sexual, está sirviendo a su país y hasta dando su vida por protegerlo, así que su condición sexual es algo que en realidad no debería importar demasiado.